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BIENVENIDOS A LOS SECRETOS DE DIOS

Y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Isa 45:3

ÁNGELES Y SUS ACTIVIDADES SECRETAS

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                                 LA VISITA INESPERADA DEL  ÁNGEL MENSAJERO PRIMERA VEZ.

En una mañana soleada como a eso de las nueve y treinta, estaba yo sentado en una silla, en la casa de mis padres. Solo mi padre y mi madre estaban allí, ellos han sido pastores toda la vida desde que conocieron al señor. Yo había crecido desde mi niñez en un ambiente pastoral conociendo todos los secretos que un pastor tiene que guardar por amor al Señor y a las almas.

 

Sufrimientos e insultos, calumnias, hambre, desnudez, miseria y más de aquellos que se hacen llamar hijos de Dios. Por lo cual decidí no saber nada de ese ministerio. Cuando algunos me decían que yo iba a ser pastor, mi sangre parecía hervir en mi torrente sanguíneo.

En esa mañana mi padre estaba sentado en la sala y mi madre estaba haciendo el almuerzo, y yo estaba sentado en una silla frente a mi padre, cuando llegó un barón a la puerta, él entró de repente y miró a mi padre y se paró al lado de él y dijo estas palabras: yo no sé lo que hago aquí, vengo de un país lejano, y mirándome me señaló con su dedo y me dijo: ¿Qué haces? ¿Tú quién eres? ¿A qué te dedicas?

Yo entendí inmediatamente lo que me quería decir, e incline mi cabeza no agradándome aquellas palabras.

Él prosiguió y dijo: escucha lo que te dice el señor; si tú no haces lo que él te ha mandado la mano que está sobre ti para bendición, un día estará contra ti.

 

Aquel barón se retiró en aquel mismo instante después de haber dicho aquellas palabras que me hicieron enfadar. Lo extraño de él era que no tenía equipajes, absolutamente nada.

Su aspecto era como un joven de veinticinco años, tenía su camisa blanca de mangas cortas, como las bata que usan los médicos, solo bolsillos en la parte inferior, su piel era de color muy clara como persona que no se asolea, sus cabellos eran de color castaño claro pero él hablaba con firmeza, a pesar que él entró, en ningún momento se sentó. Teniendo una duración de unos cinco minutos de conversación.

Cuando él se fue, yo me levanté muy enojado en silencio, me retiré a mi casa que se encontraba al lado. Mi esposa notó mi expresión y me preguntó ¿Qué te ha pasado?... Y la miré a los ojos respondiéndole que una persona había llegado a la casa de mis padres y me dijo unas palabras que a mí me causaron desconcierto haciéndome sentir enojado, pero todo aquello parecía normal a pesar de que no se identificó aquella persona, dejó muchos interrogantes en mí y pasando el tiempo me fui olvidando de aquel asunto.

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                                           LA VISITA DEL  ÁNGEL MENSAJERO POR SEGUNDA VEZ.

Pasado un año y medio estaba yo en una convención de pastores en el cesar Colombia. La asistencia de los delegados y pastores eran de aproximadamente de unos trescientos cincuenta a cuatrocientos.

Una tarde después de las conferencias a eso de las cinco de la tarde, yo me encontraba sentado sobre un tronco de árbol grande y seco, frente aquel lugar de las conferencias y de espalda a la troncal; cuando miré a un barón que se acercaba desde un lugar, que no entraban ni salía persona alguna, pero yo pensé que él iba a salir por una puerta que daba a la troncal, y no fue así, se acercó donde yo estaba sentado en aquel árbol caído y se sentó a mi lado colocando su mano sobre mi hombro izquierdo y su cuerpo recostado al mío con una sonrisa y me preguntó: ¿Qué haces? ¿Tú quién eres? ¿A qué te dedicas?

Eran las mismas preguntas que yo había escuchado año y medio atrás y comenzó la sangre a hervir dentro de mis venas, cobré valor y le dije: yo he crecido desde mi niñez en un hogar pastoral y sé cuán difícil es la vida de un pastor.

Yo he visto lo peor de aquellos que dicen llamarse hijos de Dios las peores calumnias; las personas que no son cristianas, no levantan calumnias como los que se dicen llamarse hijos de Dios.

Todo aquello que yo había guardado en mi corazón desde mi niñez y creciendo en una familia pastoral había sufrido hambre, desnudez, sin calzados, calumnias, insultos, críticas y todo eso de personas que dicen que son cristianas y ama a Dios, le conté enfadado ese día todo aquello.

Yo miraba su rostro, él conservando su sonrisa me dijo: Escucha lo que te dice el Señor; si no haces lo que él te ha mandado, el sufrimiento que has tenido, no tendrá comparación con lo que vas a sufrir, si no lo haces.

Se levantó de mi lado y se fue por aquel mismo lugar por donde había aparecido.

Ese día estaba vestido con una camisa blanca y mangas largas y pantalón azul turquí.

Después me di cuenta que era el mismo barón que me había visitado un año y medio antes, era el mismo Ángel mensajero que por segunda vez me había visitado y era la segunda vez, que me había enfadado con él.
De aquello que ha pasado queda una dura y amarga experiencia, porque yo no quise hacer aquello que me había mandado por mucho tiempo, y el sufrimiento anunciado se cumplió y solo han quedado profundas secuelas de aquel mensaje del cielo.
Dios dice en su palabra: ! Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos 10; 1

 

Este testimonio está publicado para aquellas personas que el Señor le ha dado mensajes y lo toman en poco, tú no sabes ni te imaginas lo que Dios es capaz de hacer a aquellas personas que cierran sus oídos a su mensaje. Dios es amor 1º de Juan 4: 8.

Pero para hablar del amor de Dios tienes que conocer la parte severa de él.
Porque nuestro Dios es fuego consumidor. Hebreos 12: 29.
Dios no perdonó a su hijo a quien amaba tanto y que no hizo pecado, pero se hizo pecado por nosotros y lo llevó al infierno por causa de nuestros pecados.

El padre eterno lo miro tan sucio que lo abandonó y lo castigó con la muerte.

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Y se dispuso con los impíos su sepultura, más con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Isaías 53: 8 - 10

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