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BIENVENIDOS A LOS SECRETOS DE DIOS

Y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Isa 45:3

ÁNGELES Y SUS ACTIVIDADES SECRETAS

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Durante mi vida de cristiano he tenido varios encuentros con Ángeles; algunas veces sabiéndolo y otras veces los he descubierto después que se han ido.
Unas de las experiencias que tuve con dos de ellos, fue una mañana después de haber orado desde las tres de la madrugada hasta la seis.
Yo venía con un dolor en el pecho y espalda desde hacían muchos años, le oraba al señor que me quitara ese dolor que no me dejaba en paz, habían orado por mi pastores, evangelistas, misioneros, hombres usado por Dios pero no pasaba nada, ni siquiera sentía alivio. Una madrugada le dije al señor: señor, yo no te voy a pedir más por sanidad, solo lo dejo en tus manos, si tu quieres sanarme es cosa tuya, oraré por otras cosas meno por eso, pero se lo dije al señor en humildad no en desafíos ni por ira y seguí orando al señor como siempre. No pasaron dos semanas cundo yo pensé visitar a un médico para este problema, a sabiendas de que no me iban a encontrar nada como siempre y guardaba silencio en cuanto a mi visita al doctor. En esa misma madrugada el señor me mostró al médico que yo iba a visitar; vestido de un pantalón de color caqui y su camisa era del mismo color del pantalón, pero tenía la ropa bien ceñida al cuerpo y caminaba con mucho estilo, moviendo sus caderas como una mujer. El señor me dio a entender que no era de su voluntad que visitara a ese médico. Esa misma madrugada estaba orando desde las tres de la mañana y al amanecer, cuando yo me levante de donde estaba orando mire la hora y era las seis en punto; me fui a la cama a estirarme por el tiempo que había estado de rodillas y por el dolor en mi pecho y espalda; en esas estaba cundo de repente aparecieron al lado de mi cama dos personajes con túnicas blancas y pliegues que ondeaban y se acercaron a mí, uno por la parte derecha y otro por la parte izquierda, cada uno traía una jeringa como de quince centímetros y al mismo tiempo los dos introdujeron las agujas que median como cinco centímetros en la parte superior de mis hombros, yo las veía demasiado grandes yo miraba sus dedos cuando introducían un líquido y extrajeron sus agujas y se marcharon.

Cuando ellos se iban yo les pregunte: ¿Por qué no me examinan mi pecho también? Ellos guardaron silencio, pero de repente apareció otro ser aún más grande que ellos y con voz de hombre fuerte y firme en sus palabras me dijo: tú no tienes nada en el pecho, tú lo que tenías era una fuerte artritis en la espalda, en una de las vértebras de la columna y se marcharon.
Yo, sorprendido de aquello que había ocurrido en solo cinco minutos, tal vez menos, me levante de la cama con rapidez, contento por lo que me había pasado. Desdés ese día desapareció aquel dolor que me estaba matando o destruyendo. Yo no sabía que habían hecho con migo y una persona que llego a mi casa ese día, la cual, había trabajado en la secretaria de salud y tenía conocimiento en el área de medicina me dijo: lo que a usted le hicieron fue unas filtraciones, porque ese procedimiento lo hacen cuando la artritis no tiene remedio o está muy avanzada.

Este relato es veraz porque la palabra de Dios dice:

No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;
El que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos. Salmos 101:7

¡Esto no fue un sueño esto fue literal.! A Dios doy gracias y a Él sea La Gloria, La Honra y La Alabanza, por su amor y sus misericordias  que son infinitas. No hay palabras humanas  para expresar  la majestuosidad y grandeza del Padre Eterno y de su amado hijo Jesucristo y el Espíritu Santo. ¡Él es maravilloso!

SECRETOS DE DIOS PARA EL VERDADERO CRISTIANO

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